Los judíos reformistas creen que el judaísmo siempre se ha mantenido en un estado de fluidez constante, cambiando y adaptándose a cada entorno. Si esto exige negar la divinidad de la Torá, rechazar la Torá Oral, relativizar totalmente las mitzvot, y hacer que el individuo sea el criterio definitivo de todo… pues ningún problema, piensan. Esto lleva por la vía más directa y rápida a la asimilación. Algo no muy diferente a lo que consiguieron las mujeres midianitas en esta parashá.