Yehú envió un pergamino a los funcionarios mayores de los 70 hijos de Ajov exigiendo que si quieren seguir con vida, deben llevar a todos los hijos varones de Ajov a Yizreel. Los mataron y enviaron sus cabezas a Yehú y los apilaron en la entrada. Yehú los elogió por ser justos e ir más allá del requisito. Yehú mató a los miembros restantes de la familia de Ajov hasta que no quedó ningún sobreviviente. Yehú se encontró con 42 familiares de Ajazyoh y los destruyó a ellos y a todos los descendientes restantes de Ajov. Yehú y Yehonodov viajaron juntos en el carro para mostrarle cómo había destruido a toda la familia de Yehorom.